Fueron el excomisario Merillo, el sargento Borra y el comisario Mayor Oroz Mieres. Por su parte, los que se negaron son Murrillo, Sánchez Justodio y otro más cuya identidad no trascendió.
Tres policías se sometieron en las últimas horas a extracciones de sangre para averiguar quién fue el quinto involucrado en el crimen de Natalia Melmann, la adolescente de 15 años que fue secuestrada, violada, torturada y asesinada por oficiales el 4 de febrero de 2001 en Miramar.
Gustavo Melmann, padre de la víctima, el cual manifestó: “Se hicieron tres extracciones y cuatro personas se negaron a realizarla. Hablaron con el juez de Garantías para que nosotros no podamos presenciar la audiencia”. En la misma línea, agregó que “en realidad, se está demostrando que tanto Murillo, como Sánchez Custodio, y otros dos sospechosos tienen alto grado de culpa, porque los tres se presentaron y no tuvieron ningún inconveniente en hacer las extracciones”.
Los tres policías que aceptaron el procedimiento fueron el excomisario Merillo, el sargento Borra y el comisario Mayor Oroz Mieres. Por su parte, quienes se negaron son Murrillo, Sánchez Justodio y otro más cuya identidad no trascendió.
Natalia Melmann fue hallada bajo un montículo de hojas en el vivero “Florentino Ameghino”, en Miramar, y la autopsia reveló que la chica fue asfixiada con el cordón de sus zapatillas, aunque a simple vista el cuerpo presentaba moretones, quemaduras, fracturas y un golpe en el cráneo.
Ante lo sucedió, se determinar que fue violada por cinco hombres, entre ellos Ricardo Anselmini, Ricardo Suárez y Oscar Echenique que fueron condenados en septiembre de 2002 a prisión perpetua por los delitos de “rapto, abuso sexual con acceso carnal agravado por la pluralidad de personas y homicidio criminis causa”.
El ex convicto Gustavo “Gallo” Fernández fue sentenciado a 25 años por su participación en el secuestro, aunque la pena fue reducida a diez años.
Ricardo Panadero había sido absuelto en dos oportunidades “por falta de pruebas”, aunque el Tribunal de Casación Penal provincial decidió en 2019 anular el fallo y anunció que el cuarto policía de la Bonaerense debía ser juzgado por su participación en el crimen.
Finalmente, el 13 de noviembre de 2019 la Sala III del Tribunal de Casación bonaerense anuló ese sobreseimiento y ordenó que se lleve a cabo un nuevo proceso, el cual se realizó en 2023 donde Panadero fue declarado culpable por los delitos de “privación ilegal de la libertad agravado, abuso sexual agravado y homicidio doblemente agravado, por el concurso premeditado de dos o más personas y por ser cometido para asegurarse la impunidad” y recibió perpetua.